Miles de colombianos reventaron las calles del país este 1° de mayo, no solo para conmemorar el Día Internacional del Trabajador, sino para enviar un mensaje claro al Congreso: la reforma laboral va porque va.
En una jornada histórica que dejó plazas colmadas, cánticos encendidos y un aire de esperanza popular, el presidente Gustavo Petro aprovechó la gigantesca movilización nacional para anunciar la radicación formal de la consulta popular con la que busca resucitar su reforma laboral, hundida por la oposición hace poco más de un mes
Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga y muchas más se vistieron de pueblo, ese pueblo que exige ser escuchado y que volvió a decirle al Congreso que no se legisla solo para los ricos. En la emblemática Plaza de Bolívar, un mar humano escuchó con atención cada palabra de Petro, quien, espada de Bolívar en mano, prometió no rendirse: “Ha llegado la hora del pueblo. No habrá marcha atrás”.
En medio del calor, las pancartas y la música, la gente gritó un rotundo “¡Sí!” a cada uno de los 12 puntos que propone la consulta popular: pago del 100% por trabajar domingos y festivos, licencias menstruales, inclusión laboral para personas con discapacidad, entre otros. El entusiasmo fue evidente, aunque el sol agotó a más de uno tras el discurso de más de una hora.
Pero el mensaje ya estaba dado: la calle apoya al presidente. Y eso no se puede ignorar. Mientras el Congreso se esconde tras polisombras negras como denunció el mismo Petro, la ciudadanía da la cara y exige un país con trabajo digno.
Aunque muchos esperaban que el mandatario repitiera la caminata junto a su pueblo, como en años anteriores, esta vez su seguridad no lo permitió. Aun así, su presencia en la Plaza de Bolívar fue suficiente para encender a la multitud, que coreó su nombre y lo ovacionó mientras alzaba la mítica espada del Libertador.
“No se trata de privilegios, se trata de derechos básicos”, dijo una manifestante, mientras mostraba orgullosa una camiseta de la campaña presidencial de Petro de 2010. “El Congreso nos cerró la puerta. Pues ahora vamos directo al pueblo”, resumió.
El proyecto de consulta popular ya está en manos del Congreso. Si lo aprueban, la ciudadanía será la que decida si quiere o no una reforma laboral que devuelva la dignidad al trabajo. Si lo niegan, quedará en evidencia quién le da la espalda a los trabajadores. “Ganen o pierdan, nosotros seguiremos movilizándonos”, sentenció la senadora Jahel Quiroga.
Y mientras las marchas también rindieron homenaje a víctimas como Nicolás Neira, asesinado por el Esmad hace 20 años, quedó claro que este Primero de Mayo fue mucho más que una fecha simbólica: fue una demostración de fuerza popular, de memoria y de futuro.